Rybakina reina en Wimbledon y destroza el sueño de Jabeur

Rybakina reina en Wimbledon y destroza el sueño de Jabeur

La kazaja se alza con su primer Grand Slam tras remontar ante una Jabeur que fue de más a menos

Es la tenista más joven en coronarse sobre la hierba londinense desde que lo hiciera Kvitova en 2011

Elena Rybakina se ha alzado como la nueva campeona de Wimbledon tras remontar la final ante una Ons Jabeur (3-6/6-2/6-2) que se ha ido apagando a medida que transcurría el partido. Tras un primer set con un claro domino de la tunecina, Rybakina ha reaccionado a partir del segundo y con un servicio muy solvente ha destrozado las ilusiones de Jabeur y de todo un continente que soñaba con poder ver por primera vez en la historia una jugadora africana levantar un Grand Slam.

La presión derribó a la tunecina, que cayó ante el peso de su propia historia. Hizo un primer set prácticamente perfecto, al que colaboró también una Rybakina que cometió 17 errores no forzados, pero después de ese 6-3 que le dejaba a un paso del título, se fue.

La joven kazaja de 23 años se corona así como la nueva campeona sobre la hierba londinense erigiéndose como la tenista más joven en conseguirlo tras Petra Kvitova en 2011, cuando lo consiguió con tan solo 21 años. La tenista nacida en Rusia pero compitiendo bajo la bandera de Kazajistán, ha roto todos los pronósticos para coronarse en el All England Club ante una Jabeur que llegaba imbatida sobre hierba en esta temporada.

Una campeona moscovita

Rybakina pudo salvar la prohibición para los tenistas rusos de competir en la presente edición de Wimbledon gracias a la decisión que tomó en 2018 de competir bajo la bandera kazaja a cambio de apoyo económico. Pese a las criticas que ha recibido desde su país natal, Rybakina se ha mantenido al margen de toda polémica y se alza como la segunda mujer nacida en Rusia en conquistar Wimbledon tras la victoria de Maria Sharapova en 2004.

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Sorprendió su pasividad ante el triunfo, con una simple sonrisa y un saludo al público, mientras que Jabeur, incrédula ante su nivel cuando estaba al borde de la victoria, se derretía en su banquillo. Wimbledon, en la edición que decidió cerrar la puerta a los rusos, se topó con una campeona nacida en Moscú

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