Israel celebra la llegada de Biden ante el escepticismo palestino

Israel celebra la llegada de Biden ante el escepticismo palestino

El presidente estadounidense tiene viajará el viernes a Arabia Saudí para estrechar lazos tras el escándalo del asesinato del periodista Jamal Khashoggi

Biden vuela hacia Oriente Próximo. En su primer viaje como presidente a la región, Israel y Arabia Saudí esperan expectantes al líder estadounidense. Yair Lapid, el primer ministro israelí, se estrena como mandatario interino con una visita de alto nivel. Los días previos al viaje de Biden ha ordenado una serie de gestos de acercamiento a los palestinos. Estos, bajo la batuta del presidente Mahmud Abás, tienen pocas expectativas ante la llegada de Biden. A su vez, en Arabia Saudí, celebran el acercamiento por parte de esta Administración. 

La primera parada es Israel, fiel aliado de Estados Unidos. Precisamente el viaje busca afianzar la integración del Estado hebreo en la región, acercándolo a normalizar relaciones con Arabia Saudí, otro socio estadounidense. Algunos de los objetivos de esta visita son promover la estabilidad regional y contrarrestar la influencia iraní y la agresión de Rusia y China. «Este viaje reforzará un papel vital de Estados Unidos en una región estratégicamente importante», anunciaba el lunes el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan.

Nuevo primer ministro en Israel

En Israel, llevan semanas preparándose para el invitado aunque los turbulentos tiempos políticos han provocado un cambio repentino de anfitrión. No hace ni dos semanas que Yair Lapid ocupa el cargo de primer ministro desde que se lo cedió su socio de gobierno, Naftali Bennett, tras la disolución de la Knesset. Bajo este Gobierno interino, Lapid se prepara para las elecciones del 1 de noviembre, las quintas en tres años y medio. Esta misma semana, en un ejercicio de confianza, Lapid ha conversado por teléfono con varios líderes regionales, entre los cuales está el presidente de la Autoridad Palestina (AP) con quién un primer ministro israelí no hablaba desde hace años.

Además, las autoridades israelís también han protagonizado un raro gesto de acercamiento a los palestinos. Han aprobado nuevos planes de construcción para palestinos en la Cisjordania ocupada, el registro de 5.500 palestinos sin estatus legal y el aumento del número de personas de Gaza autorizadas a cruzar a Israel. Pero, mientras, los asentamientos ilegales de colonos judíos no dejan de aumentar en los territorios ocupados, con acciones más violentas hacia los locales palestinos. Aunque Biden se ha mostrado contrario a la expansión colonial, no se esperan gestos por su parte. 

Escepticismo palestino

Los palestinos recibirán a Biden el viernes con cierto escepticismo y apenas expectativas. El presidente demócrata ha expresado su intención de enmarcar las magulladas relaciones con la AP después de la ruptura de lazos protagonizada por Trump en 2017. Pero el objetivo de su viaje no es hablar sobre el conflicto palestino-israelí ni sobre la cuestión palestina. Tampoco se ha pronunciado Biden sobre la petición de reunión de la familia Abu Aqleh tras acusar a EEUU de dar impunidad a Israel por su muerte. El asesinato de la periodista de Al Jazeera, Shirin Abu Aqleh, hace ya dos meses ha generado una elevada tensión entre ambos bandos. 

Israel, por su parte, acapara todas las expectativas. El ministro de Finanzas, Avigdor Lieberman, ha anunciado que espera que la visita de Biden conduzca a un mercado común en Oriente Próximo que incluya a Arabia Saudí. Ante la influencia creciente de Irán, también Biden ha augurado la creación de una asociación militar emergente árabe-israelí. Tanto Israel como Arabia Saudí tienen el programa nuclear de Irán como una de las prioridades en su agenda para el viaje del presidente estadounidense. Ambos quieren asegurarse que Irán se convierta en una potencia nuclear. 

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El viernes Biden se convertirá en el primer presidente estadounidense en hacer el trayecto en avión de Israel a Arabia Saudí. Allí, se reunirá con Mohammed Bin Salmán, el príncipe heredero del reino saudí. Ante una asfixiante crisis energética mundial, el mandatario demócrata se ve forzado a alejarse de sus reproches al régimen saudí por la muerte del periodista Jamal Khashoggi. Ya no es un Estado “paria”, como él afirmó, y aunque tiene pensado mencionar las preocupaciones sobre los derechos humanos en el país, no serán el tema principal.