Campaña para atajar la expansión del siluro invasor antes de que llegue a Doñana


Científicos andaluces y el Ministerio ponen en marcha un estudio para saber dónde están y cómo controlarlos
La localización de siluros en el Bajo Guadalquivir, y la forma de controlar su expansión, es el objetivo de un estudio que impulsa el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), y coordina la Universidad de Córdoba. Este gigante de las aguas dulces, de hasta dos metros y de 100 a 200 kilos de peso, se detectó el año pasado en Alcalá del Río, a unos 80 kilómetros de la desembocadura, haciendo saltar las alarmas.
El siluro es un pez exótico e invasor, cuya capacidad predadora y lo indiscriminado de sus presas –desde cangrejos a patos- lo convierten en una fortísima amenaza para los ecosistemas donde aparece. Está en expansión en los ríos españoles y es una gran preocupación para los expertos, que se encuentran con grandes dificultades para su erradicación.
Fernández Delgado solicita a la Junta que aplique un plan de erradicación, antes de que el problema crezca. Coincide Ecologistas en Acción, quien informa de que un grupo de trabajo de Doñana aprobó, con el apoyo científico de la Estación Biológica, solicitar a la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente andaluza su erradicación, al tratarse además de una especie exótica e invasora. Esto convierte en delito su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.
Los ecologistas creen que su presencia resulta “especialmente preocupante en el entorno de las Marismas del Guadalquivir, donde se encuentran las muy escasas poblaciones de cercetas pardillas, malvasías, porrones pardos o fochas cornudas, todas ellas aves en peligro de extinción”.
Numerosas especies exóticas
El siluro se une a los peces exóticos introducidos en el río andaluz, como alburnos, gambusias, percasoles, peces gato, lucios, black bass y otros, que han llevado al borde de la extinción a nuestros peces autóctonos como colmilleja, boga, barbo gitano y salinete.